LONDRES (AP) — El primer ministro británico, Boris Johnson, presentará formalmente su renuncia a la reina Isabel II el martes, entregando el poder a Liz Truss después de que su trascendental mandato dominado por el Brexit y el covid se vio interrumpido por un escándalo.
Johnson, quien se vio obligado a renunciar después de perder el apoyo de docenas de sus ministros, se despide de Downing Street antes de viajar al noreste de Escocia para ver al monarca de 96 años.
Normalmente, la entrega del poder es un asunto rápido, con los líderes entrantes y salientes haciendo un viaje corto al Palacio de Buckingham en el centro de Londres.
Pero tanto Johnson como Truss se enfrentan a un viaje de ida y vuelta de 1.600 kilómetros (1.000 millas) al remoto retiro de Balmoral del jefe de estado en las Tierras Altas de Escocia.
La reina optó por no regresar de su descanso anual de verano para la breve audiencia ceremonial, luego de problemas de salud persistentes que han afectado su capacidad para caminar y pararse.
Johnson tiene previsto llegar a las 11:20 a. m. (1020 GMT) a Balmoral, y se espera que Truss lo haga a las 12:10 p. m., dijeron funcionarios reales.
En la reunión, que debería durar unos 30 minutos, le pedirá a Truss, como líder del partido mayoritario en el parlamento, que forme gobierno.
Truss, de 47 años, fue anunciado ganador de una votación interna de los miembros del Partido Conservador el lunes, luego de una agotadora contienda que comenzó en julio.
Todos los ojos estarán puestos en su regreso a la capital británica y su primer discurso como primera ministra, que se espera que tenga lugar frente al número 10 de Downing Street el martes por la tarde, si el clima lo permite.
Se pronostican fuertes lluvias y tormentas, lo que refleja la sombría situación económica que ella y sus nuevos ministros principales tendrán que enfrentar desde el primer día.
Los nombramientos deben finalizarse antes de que ella celebre su primera reunión de gabinete y enfrente preguntas en el parlamento el miércoles.
Lista de quehaceres
Se espera que el secretario de Negocios, Kwasi Kwarteng, se convierta en ministro de Finanzas, con la fiscal general Suella Braverman trasladada al complicado informe del ministro del Interior y James Cleverly a Asuntos Exteriores.
Si se confirma, significaría que no hay hombres blancos en ninguno de los cuatro principales puestos ministeriales de Gran Bretaña por primera vez en la historia.
Truss enfrenta una abrumadora lista de tareas pendientes, con el Reino Unido sumido en su peor crisis económica en décadas.
La inflación es desenfrenada y alcanza máximos de 40 años del 10,1 por ciento, con predicciones de lo peor por venir y recesión a medida que llega el invierno.
Los hogares se enfrentan a un aumento del 80 por ciento en las facturas de gas y electricidad a partir de octubre, mientras que las empresas advierten que podrían hundirse con aumentos aún mayores.
Truss, que se promociona a sí misma como una liberal del libre mercado, ha prometido recortes de impuestos para estimular el crecimiento, a pesar de las advertencias de que un mayor endeudamiento podría empeorar la inflación.
El contraste con el enfoque más cauteloso de su derrotado rival en el liderazgo, Rishi Sunak, ha abierto otra grieta en el Partido Conservador que ya estaba dividido por la partida de Johnson.
Encuestas de opinión recientes sugieren que una parte considerable del público británico no tiene fe en su capacidad para abordar la crisis del costo de vida.
Una nueva encuesta de YouGov dijo que solo el 14 por ciento espera que Truss haga un mejor trabajo que Johnson.
Johnson, de 58 años, sigue siendo popular entre los conservadores de base como un carismático ganador de las elecciones que sacó al país de la Unión Europea.
A pesar de las repetidas acusaciones de corrupción y amiguismo durante su mandato, y de una multa policial sin precedentes por violar sus propias reglas de confinamiento, se dice que Johnson está dolido por tener que irse.
Se ha especulado que podría esperar su momento para regresar, particularmente si Truss lucha por superar los muchos problemas del país.
Pero el lunes dio todo su apoyo a su sucesora e instó al partido: “Ahora es el momento de que todos los conservadores la respalden al 100 por ciento”.
En su discurso de aceptación del lunes, Truss descartó buscar su propio mandato del público en unas elecciones generales anticipadas y prometió una victoria en 2024.