En una carta abierta al general superior Min Aung Hlaing, el experto independiente designado por la ONU sobre la situación de los derechos humanos en Myanmar, Tom Andrews, escribió que “esto es literalmente una cuestión de vida o muerte” para quienes creen que pueden ejercer libremente este derecho. , “Sin miedo a ser atacado”.
El líder de la junta, Min Aung Hlaing, encabezó el golpe que derrocó al gobierno democráticamente elegido de Aung San Suu Kyi, el 1 de febrero.
Promesas de Yakarta
El 24 de abril, el Sr. Hlaing se reunió con líderes de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) en Yakarta, donde se le instó a que detuviera de inmediato la “violencia militar” contra los manifestantes y liberara a los líderes civiles detenidos.
En la carta, el Sr. Andrews destacó que al final de la reunión, el Sr. Hlaing había “presuntamente aceptado” un “cese inmediato de la violencia en Myanmar”.
“Este es un primer paso imperativo para poner fin a una crisis que ya ha costado más de 750 vidas, incluidas las vidas de niños pequeños, a manos de las fuerzas de seguridad de Myanmar”, escribió.
Desde el golpe, el pueblo de Myanmar ha estado realizando protestas pacíficas casi a diario en todo el país pidiendo la restauración de la democracia.
Ellos “necesitan y merecen saber si es su intención cumplir con este compromiso”, dijo el experto en derechos de la ONU, quien enfatizó que esto incluye el “derecho a oponerse abiertamente a sus acciones, sin temor a lesiones, muerte o arresto arbitrario”.
Liberación de presos políticos
El Sr. Andrews también hizo un llamamiento al líder de facto de Myanmar para que “liberara pronta e incondicionalmente a todos los presos políticos detenidos desde el 1 de febrero”, recordando al Sr. Hlaing los llamamientos de los líderes de la ASEAN, incluido el presidente de Indonesia, Joko Widodo, y el primer ministro de Malasia, Muhyiddin Yassin.
Instó al líder militar a aceptar de inmediato la visita del Enviado Especial de la Presidencia de la ASEAN y permitir el acceso del Enviado Especial a “todas las partes interesadas”, incluido el presidente de Myanmar, Win Myint, y la consejera de Estado, Aung San Suu Kyi.