dom. Mar 23rd, 2025


Aquellos que intentan cultivar en la región del Sahel a menudo se enfrentan a suelos pobres, lluvias irregulares y largos períodos de sequía. Sin embargo, la introducción de una excavadora pesada de última generación, el arado Delfino, está demostrando ser, literalmente, un gran avance.

Como parte de su programa de Acción contra la Desertificación (AAD), la FAO ha llevado el Delfino a cuatro países de la región del Sahel (Burkina Faso, Níger, Nigeria y Senegal) para atravesar el suelo impactado y completamente seco a una profundidad de más de medio metro

El arado Delfino es extremadamente eficiente: cien agricultores cavando acequias a mano pueden cubrir una hectárea al día, pero cuando el Delfino está enganchado a un tractor, puede cubrir de 15 a 20 hectáreas en un día.

Una vez que se ara un área, las semillas de especies nativas leñosas y herbáceas se siembran directamente y se siembran plántulas inoculadas. Estas especies son muy resistentes y funcionan bien en terrenos degradados, proporcionando cobertura vegetal y mejorando la productividad de terrenos que antes eran estériles.

En Burkina Faso y Níger, el número de hectáreas objetivo para la restauración inmediata ya se ha cumplido y ampliado gracias al arado Delfino. En Nigeria y Senegal, está trabajando para ampliar la restauración de tierras degradadas.

©FAO/ Giulio Napolitano

Trabajadores preparando tractores para empezar a arar en Burkina Faso.

La agricultura vista a través de una lente de media luna

Esta tecnología, aunque impresionante, está demostrando ser exitosa porque se utiliza junto con técnicas agrícolas tradicionales.

“Al final, el Delfino es solo un arado. Un arado muy bueno y adecuado, pero un arado al fin y al cabo”, dice Moctar Sacande, Coordinador del programa Acción contra la Desertificación de la FAO. “Es cuando lo usamos apropiadamente y en consulta y cooperación que vemos tal progreso”.

La media luna es un método de plantación tradicional del Sahel que crea contornos para detener la escorrentía del agua de lluvia, mejorando la infiltración del agua y manteniendo la tierra húmeda durante más tiempo. Esto crea condiciones de microclima favorables que permiten que las semillas y las plántulas florezcan.

El Delfino crea grandes cuencas en forma de media luna listas para plantar semillas y plántulas, multiplicando por diez la recolección de agua de lluvia y haciendo que el suelo sea más permeable para la plantación que el método tradicional, y agotador, de excavar a mano.

“Toda la comunidad está involucrada y se ha beneficiado de cultivos forrajeros como el heno que les llega a la rodilla en solo dos años”, dice el Sr. Sacande. “Pueden alimentar a su ganado y vender los excedentes, y pasar a recolectar productos como frutas comestibles, aceites naturales para jabones, miel silvestre y plantas para la medicina tradicional”.

©FAO/ Giulio Napolitano

Las mujeres cavan represas a media luna para ahorrar agua en Níger.

Mujeres tomando la iniciativa

Según Nora Berrahmouni, que era Oficial Forestal Superior de la Oficina Regional Africana de la FAO cuando se desplegó el Delfino, el arado también reducirá la carga sobre las mujeres.

“La época del durísimo trabajo de cavar a mano las represas de riego en media luna llega cuando los hombres de la comunidad han tenido que trasladarse con los animales. Entonces, el trabajo recae en las mujeres”, dice la Sra. Berrahmouni.

Debido a que el arado Delfino acelera significativamente el proceso de arado y reduce el trabajo físico necesario, les da a las mujeres más tiempo para manejar su multitud de otras tareas.

El proyecto también tiene como objetivo impulsar la participación de las mujeres en la restauración de tierras locales a mayor escala, ofreciéndoles roles de liderazgo a través de los comités de las aldeas que planifican el trabajo de restauración de tierras. En el marco del programa AAD, se alienta a cada sitio seleccionado para la restauración a establecer un comité de aldea para administrar los recursos, a fin de asumir la propiedad desde el principio.

“Muchas mujeres dirigen los comités locales de las aldeas que organizan estas actividades y nos dicen que se sienten más empoderadas y respetadas”, comenta el Sr. Sacande.

Respetar el conocimiento local y las habilidades tradicionales es otra clave para el éxito. Las comunidades han entendido desde hace mucho tiempo que las represas en forma de media luna son la mejor manera de recolectar agua de lluvia para la larga estación seca. El poderoso Delfino simplemente está haciendo que el trabajo sea más eficiente y menos exigente físicamente.

Tractores trabajando para preparar la tierra para la plantación en Burkina Faso.

©FAO/ Giulio Napolitano

Tractores trabajando para preparar la tierra para la plantación en Burkina Faso.

Millones de hectáreas perdidas por el desierto, bosques amenazados

Y es urgente que se avance. La pérdida de tierras es un factor impulsor de muchos otros problemas, como el hambre, la pobreza, el desempleo, la migración forzada, los conflictos y un mayor riesgo de fenómenos meteorológicos extremos relacionados con el cambio climático.

En Burkina Faso, por ejemplo, un tercio del paisaje está degradado. Esto significa que más de nueve millones de hectáreas de tierra, una vez utilizadas para la agricultura, ya no son viables para la agricultura.

Se proyecta que la degradación continuará expandiéndose a 360 000 hectáreas por año. Si la situación no se revierte, los bosques corren el riesgo de ser talados para dar paso a tierras agrícolas productivas.

África está perdiendo actualmente cuatro millones de hectáreas de bosque cada año por esta razón, pero tiene más de 700 millones de hectáreas de tierra degradada viable para la restauración. Al devolver la vida a las tierras degradadas, los agricultores no tienen que despejar tierras forestales adicionales para convertirlas en tierras de cultivo para la creciente población de África y la creciente demanda de alimentos.

Cuando el Sr. Sacande habla de restaurar la tierra en África, la pasión en su voz es evidente. “Restaurar la buena salud productiva de las tierras degradadas es una gran oportunidad para África. Trae grandes beneficios sociales y económicos a las comunidades agrícolas rurales”, dice. “Es un baluarte contra el cambio climático y trae tecnología para mejorar el conocimiento tradicional”.

Una versión de esta historia apareció por primera vez en el sitio web de la FAO.



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