Hace tres años, Gina Garano fue despedido de El mandaloriano, luego de que se viralizaran algunos tuits en los que comparaba ser republicano con ser judío durante el Holocausto. Ante la polémica creada en torno a sus declaraciones (a las que se sumó su militancia contra la vacuna Covid-19 y sus desafortunadas declaraciones tras las elecciones norteamericanas de 2020), Disney tomó la decisión de rescindir su contrato.
En febrero de este año y con el apoyo de Elon Musk, la actriz demandó a los estudios, alegando que su despido fue “discriminatorio e injusto”.
En pie de guerra, los abogados de Disney busca que se desestimen los cargos presentados, apoyándose en la Primera Enmienda, que prohíbe cualquier ley que restrinja la libertad de expresión y acción.
“Disney tiene el derecho constitucional de no asociar su expresión artística al discurso de caranopor lo que la Primera Enmienda proporciona una defensa completa contra reclamaciones de carano“, expresaron en el comunicado presentado a la prensa.
La carta apunta contra la actriz, dejando claro que el estudio actuó conforme a derecho: “Disney se hartó El mismo día en que Carano trivializó grotescamente el Holocausto como si fuera comparable a agudos desacuerdos políticos, Lucasfilm anunció que ‘Gina Carano no trabaja actualmente para Lucasfilm y no hay planes para que lo haga en el futuro. ‘ Sin embargo, sus publicaciones en las redes sociales denigrando a las personas por su identidad cultural y religiosa son aborrecibles e inaceptables”. Un mes después, el ex director ejecutivo de Disney explicó que las opiniones de carano ‘no se alineaba con los valores de la empresa’, incluidos sus ‘valores de respeto, decencia, integridad e inclusión'”.
Luego de la presentación del estudio, el juez a cargo de la demanda deberá pronunciarse sobre el caso que, al parecer, no tendrá resolución en el futuro cercano ya que ambas partes apelarán si tienen un veredicto desfavorable.