Bal Krishen Rathore, presidente y director ejecutivo de Century Financial, una empresa de inversiones en los mercados financieros mundiales con sede en Dubái, tiene una historia inspiradora que parece ficticia.
Perteneciente a Jammu y Cachemira en la frontera entre India y Pakistán, Bal provenía de un entorno humilde, informó Tiempos de Khaleej. Comenzó a trabajar desde muy joven para mantener a su familia.
Ahora en el centro de Dubái, Bal dijo que hizo muchos trabajos extraños a una tierna edad. Eventualmente, sus “habilidades empresariales salieron a la luz”, después de lo cual se arriesgó y se embarcó en un nuevo viaje al iniciar un pequeño negocio en casa.
Dijo que la jubilación anticipada de su padre lo motivó a buscar un buen trabajo con urgencia para tener un mejor sustento.
En 1996, Bal aterrizó en Dubái. Allí trabajó como peón y realizó otros trabajos ocasionales. El director ejecutivo dijo que, si bien la mayoría de las personas no tienen el coraje de admitirlo, compartiría cómodamente que trabajó como chico del té en un hotel local.
El dijo Tiempos de Khaleej que su experiencia como chico del té le enseñó mucho y lo preparó para su brillante futuro. Bal aprendió los conceptos básicos de gestión de personas y servicio al cliente.
“Me abrí camino en el hotel para convertirme en contador”.
Un banquero senior observó las habilidades de Bal y le dio la oportunidad de trabajar en inversiones y finanzas.
“Ese fue el trampolín para mí”, dijo Bal.
Bal dijo que su vida cambió en 1999 por lo que le dio crédito a Sulaiman Baqer Mohebi, un empresario emiratí y el entonces presidente de Century Financial. Este era el hombre que primero le había dado el puesto de asistente de oficina.
Bal, siendo un aprendiz rápido, adoptó las habilidades requeridas para el comercio lo suficientemente pronto. En poco tiempo, se convirtió en distribuidor junior y comenzó a ayudar en la supervisión de transacciones globales.
Trabajando 15 horas al día, el hombre finalmente llegó a la cima después de asumir varios roles de liderazgo.
Bal nunca se olvidó de su hogar incluso después de llegar a la cima. Desarrolló un fondo llamado Divine India que apoya actividades humanitarias en su país y trabaja en salud, educación y empoderamiento de la juventud.