Aunque la pandemia de COVID-19 amenaza con detener el progreso logrado para las poblaciones rurales, el informe argumenta que la crisis también ha revelado cómo las nuevas tecnologías pueden ayudar a poner fin a la brecha entre las zonas urbanas y rurales.
Un futuro más inclusivo
El secretario general de la ONU, António Guterres, dijo que las nuevas tecnologías han abierto nuevas oportunidades para el desarrollo rural y un futuro más ecológico, inclusivo y resistente.
“La experiencia de la pandemia ha demostrado, por ejemplo, que donde la conectividad a Internet de alta calidad se combina con arreglos laborales flexibles, muchos trabajos que tradicionalmente se consideraban urbanos también se pueden realizar en áreas rurales”, dijo.
Las nuevas tecnologías también ofrecen la oportunidad de brindar a las poblaciones rurales acceso a financiamiento digital, herramientas de precisión para mejores rendimientos de cultivos y trabajos remotos, todo lo cual ayuda a cerrar la brecha entre las ciudades y el campo.
La mitad del mundo
El informe, titulado Reconsiderando el desarrollo rural fue emitido por el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas (DESA).
Los investigadores dijeron que alrededor del 67 por ciento de las personas en los países de bajos ingresos y el 60 por ciento de los países de bajos ingresos son rurales. Su número total, estimado en 3.400 millones, representa aproximadamente la mitad de la población mundial.
Un asombroso 80% de las personas que viven por debajo del umbral internacional de pobreza viven en zonas rurales. Aproximadamente una quinta parte vive en pobreza extrema: una tasa que es cuatro veces más alta que entre las contrapartes urbanas.
Discriminación y degradación
Los que viven en el campo tienen menos acceso a los servicios esenciales, como la educación y la salud, mientras que las mujeres rurales, las personas mayores y los pueblos indígenas continúan sufriendo discriminación en lo que respecta a los derechos sobre la tierra y el empleo.
Las áreas rurales también albergan la mayor parte del “capital natural” del planeta, según el informe, que continúa agotado y degradado. Prácticas como la deforestación han contribuido en gran medida al cambio climático y la propagación de enfermedades zoonóticas, como COVID-19.
Crece donde estás
El informe de la ONU presenta nuevas estrategias para garantizar que la población rural no se quede atrás a medida que el mundo intensifica las acciones para impulsar la economía, reducir las desigualdades y combatir el cambio climático.
Promueve un enfoque conocido como “Urbanización in situ”, que exige mejorar la vida de la población rural donde se encuentra, para que pueda disfrutar del mismo nivel de vida que los habitantes de la ciudad sin incurrir en los impactos negativos de la urbanización insostenible.
Los ejemplos tomados de países como Sri Lanka, Japón y China muestran cómo la mejora del acceso a la educación y la atención médica, el aumento de la inversión en infraestructura rural y la reducción de la disparidad de ingresos con las áreas urbanas dieron como resultado mejores condiciones de vida para las poblaciones rurales.
Los autores recomiendan además que abordar las desigualdades también debe acompañar a las acciones para reducir los niveles de pobreza, como nuevas políticas de reforma agraria, una mayor protección social y la abolición de leyes que efectivamente discriminan a las mujeres rurales, los pueblos indígenas y otras poblaciones vulnerables.