vie. Mar 29th, 2024


“¡Las agencias de contratación y los empleadores nos tratan como si fuéramos mercancías humanas!”, Dice Adanesh Worko, un trabajador etíope que trabaja en una casa en Beirut. “A veces me golpean y me niegan la comida pero, debido a mi contrato, no puedo elegir trabajar en otro lugar o regresar a casa. Mi empleador dijo ‘Te compré. Págame $ 2,000 y luego puedes irte a donde quieras ‘”.

Se cree que alrededor de 250.000 trabajadoras domésticas viven en el Líbano, y alrededor del 99 por ciento de ellas son migrantes con permisos de trabajo. La gran mayoría son mujeres de Etiopía, Filipinas, Bangladesh y Sri Lanka, que ganan salarios que oscilan entre 150 y 400 dólares al mes.

La reciente crisis económica en el Líbano ha dejado a muchos de ellos sin trabajo, pero los que están trabajando siguen sujetos a la “kafala” o sistema de patrocinio que se ha comparado con la esclavitud moderna y los pone a merced de sus empleadores.

Francisco Alexandre Pereira

Muelle del puerto de Beirut visto desde la popa del Corvette Bijoy

Bajo este sistema, que ha sido denunciado por organizaciones de la sociedad civil y asociaciones de derechos humanos, un trabajador migrante no puede rescindir su contrato de trabajo sin el consentimiento de su empleador. El sistema otorga a los empleadores un control casi completo sobre la vida de los trabajadores y los hace vulnerables a todas las formas de explotación y abuso. Y, si escapan, su estadía en el país se vuelve ilegal.

Los derechos humanos más básicos de los trabajadores, como el derecho a trabajar horas específicas; el derecho a conservar documentos personales como pasaporte o tarjeta de residencia; y el derecho al descanso, la libertad de circulación, la comunicación con amigos y familiares y el disfrute de otras libertades personales – no se respetan, según fuentes de derechos humanos,

OIM / Muse Mohammed

Muchos migrantes en el Líbano han perdido sus trabajos como trabajadores domésticos.

Apoyo de la ONU para el fin del sistema kafala

“Kafa”, una asociación libanesa apoyada por ONU Mujeres, brinda servicios a trabajadoras migrantes que son sometidas a violencia sexual y física por parte de sus patrocinadores. La organización se enfoca en proteger a las trabajadoras del hogar, especialmente aquellas que están expuestas a la violencia, brindándoles un refugio y una variedad de servicios legales, sociales, de salud y psicológicos.

La Asociación cree que muchos de los casos de suicidios entre trabajadoras domésticas migrantes están relacionados con los malos tratos y la falta de los derechos más básicos. Otras razones, según Kafa, incluyen la falta de protección legal, porque no se consideran trabajadores según las leyes laborales del Líbano.

Un informe elaborado por varias agencias de la ONU y socios académicos en junio declaró que el gobierno libanés es el principal responsable de abordar los abusos contra los trabajadores domésticos migrantes, y pidió que se desmantele el sistema de kafala y se creen protecciones legales para todos los trabajadores domésticos en el Líbano.

Este artículo forma parte de una serie de artículos multimedia publicados como parte de las conmemoraciones del vigésimo aniversario de la Declaración de Durban de la ONU, considerada un hito en la lucha mundial contra el racismo.



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