vie. Abr 19th, 2024



“Desbloqueemos los cuellos de botella que están frenando el potencial aumentando la coordinación y mejorando la capacidad humana en las naciones africanas”, instó QU Dongyu, Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

Al hablar en el lanzamiento del último informe de la FAO, Gasto público en alimentación y agricultura en África subsahariana, agregó que los fondos también deben desbloquearse y los sistemas de finanzas públicas racionalizar, “para que los escasos recursos que tenemos no se queden sin gastar”.

Basado en un “análisis riguroso de los últimos 15 años, posible gracias a la fuerte colaboración con nuestros Miembros en la región”, el jefe de la FAO explicó que el informe saca a la luz una brecha entre los compromisos políticos de larga data y las realidades financieras que enfrentan 13 sub -Países saharianos.

Penalización de la agricultura

A pesar de las reuniones de los Estados miembros de la Unión Africana (UA), que comenzaron en 2003, en las que prometieron impulsar el crecimiento social y económico comprometiendo el 10% de sus presupuestos nacionales a la alimentación y la agricultura, esta empresa sigue sin cumplirse.

Una encuesta del programa de seguimiento y análisis de las políticas agrícolas y alimentarias (MAFAP), una iniciativa de la FAO que realiza un seguimiento del gasto público en África, reveló que solo Malawi ha cumplido sistemáticamente ese objetivo.

En algunos años, Malí también lo ha logrado, pero Benin, Burkina Faso, Burundi, Etiopía, Ghana, Kenia, Mozambique, Ruanda, Senegal, Tanzania y Uganda, nunca lo han logrado.

En algunos casos, la alimentación y la agricultura ascienden a solo el tres por ciento de los presupuestos nacionales y, en promedio, poco de eso se destina al desarrollo agrícola y alimentario. La capacidad de ejecución insuficiente también ha dejado una quinta parte de los fondos sin desembolsar.

Según el informe, la agricultura está siendo penalizada implícitamente.

Gasta mejor

Marco Sánchez, Director Adjunto de la División de Economía Agroalimentaria de la FAO, describió una investigación que muestra que la eficiencia técnica en la agricultura aumenta drásticamente a medida que el gasto se acerca a los 80 dólares per cápita. Y aunque comienza a disminuir después de eso, la mayoría de los países africanos no se acercan a esa cantidad.

Si bien reconoció un “espacio fiscal estrecho” para expandir la inversión pública en África, particularmente en el contexto de la pandemia de COVID-19, argumentó que era posible generar ganancias de eficiencia a través de un mejor gasto.

Según el informe, la mayor parte del gasto nacional en alimentación y agricultura en África subsidia fertilizantes, herramientas y otros insumos, que según Sánchez tienden a mostrar rendimientos decrecientes con el tiempo.

Al mismo tiempo, el economista jefe de la FAO, Máximo Torero, destacó la importancia de generar datos de calidad para orientar las decisiones de inversión agrícola, siendo el informe de hoy un paso importante en ese camino.

Además, las inversiones públicas deben supervisarse más de cerca y sus resultados deben utilizarse para catalizar la inversión privada.



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