mar. Mar 18th, 2025


Informe sobre el estado mundial de la agricultura y la alimentación (SOFA) de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) 2021 – Hacer que los sistemas agroalimentarios sean más resistentes a las conmociones y las tensiones – declara que, sin una preparación adecuada, los choques impredecibles continuarán socavando estos sistemas.

El informe define los choques como eventos a corto plazo que tienen efectos negativos en un sistema, el bienestar de las personas, los activos, los medios de vida, la seguridad y la capacidad para resistir choques futuros.

Más resiliencia

La FAO hizo hincapié en la necesidad de que los países hagan que sus sistemas sean más resistentes a las crisis repentinas, como la pandemia de COVID-19, que jugó un papel importante en la última oleada mundial de hambre.

En el evento de lanzamiento virtual, el Director General de la FAO, QU Dongyu, dijo que “la pandemia puso de relieve tanto la resiliencia como la debilidad de nuestros sistemas agroalimentarios”.

Los sistemas agroalimentarios – la red de actividades involucradas en la producción de productos agrícolas alimenticios y no alimenticios y su almacenamiento, procesamiento, transporte, distribución y consumo – producen 11 mil millones de toneladas de alimentos al año y emplean a miles de millones de personas, directa o indirectamente.

La agencia de la ONU subrayó la urgencia de fortalecer su capacidad para soportar las crisis, incluidos los fenómenos meteorológicos extremos y los aumentos repentinos de enfermedades y plagas de plantas y animales.

Si bien la producción de alimentos y las cadenas de suministro han sido históricamente vulnerables a los extremos climáticos, los conflictos armados o los aumentos de los precios mundiales de los alimentos, la frecuencia y la gravedad de estos choques van en aumento.

Acción concreta

Es más, una interrupción de los enlaces de transporte críticos podría hacer subir los precios de los alimentos para unos 845 millones de personas.

El informe incluye indicadores a nivel de país en más de cien Estados miembros, mediante el análisis de factores como las redes de transporte, los flujos comerciales y la disponibilidad de dietas saludables y variadas.

Si bien los países de ingresos bajos generalmente enfrentan desafíos mucho mayores, los países de ingresos medianos también están en riesgo.

En Brasil, por ejemplo, el 60 por ciento del valor de las exportaciones del país proviene de un solo socio comercial, reduciendo sus opciones en caso de que una conmoción golpee a ese país socio.

Incluso los países de ingresos altos, como Australia y Canadá, corren riesgo debido a las largas distancias que implica la distribución de alimentos.


Recomendaciones

Basándose en la evidencia del informe, la FAO hace una serie de recomendaciones.

La clave es la diversificación (de actores, fuentes de insumos, producción, mercados y cadenas de suministro) para crear múltiples vías para absorber las perturbaciones.

Apoyar el desarrollo de pequeñas y medianas empresas y cooperativas agroalimentarias también ayudaría a mantener la diversidad en las cadenas de valor nacionales.

Otro factor clave es la conectividad. Las redes bien conectadas superan las interrupciones más rápidamente al cambiar las fuentes de suministro y los canales de transporte, comercialización, insumos y mano de obra.

Por último, mejorar la resiliencia de los hogares vulnerables es fundamental para garantizar un mundo libre de hambre. Esto se puede lograr mejorando el acceso a activos, fuentes de ingresos diversificadas y programas de protección social.

CIAT / NeilPalmer

Varios recolectores de té en Kenia están cambiando para producir otros cultivos debido a que el cambio climático amenaza las plantaciones de té en el país.



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