“Los esfuerzos del Gobierno para promover algunos derechos de la mujer a nivel de políticas rara vez se traducen en un avance concreto de los derechos de la mujer en la ley y en la práctica”, dijo Anaïs Marin, Relatora Especial sobre la situación de los derechos humanos en Bielorrusia.
“Las fallas en la legislación han llevado durante décadas a desigualdades, discriminación y brechas de protección en casos de violencia y abusos de género”.
Presión física, psicológica
Al presentar su informe sobre los derechos humanos de las mujeres y las niñas en Bielorrusia, incluidas las mujeres lesbianas, bisexuales y transgénero y las personas intersexuales, la Sra. Marin citó los estereotipos de género de la sociedad de larga data “que llegan hasta la cima del Estado” y señaló señalan que, en general, las mujeres están “desanimadas de participar en la vida pública como ciudadanas proactivas”.
Millones de personas en Bielorrusia salieron a las calles en protesta contra el gobierno autoritario tras las controvertidas elecciones presidenciales de agosto de 2020. El presidente Alexander Lukashenko ha ocupado el cargo desde julio de 1994, tras la disolución de la Unión Soviética.
La experta de la ONU observó que “algunas mujeres se convirtieron en víctimas de desapariciones forzadas, torturas, malos tratos y otras formas de presión física y psicológica, incluida la amenaza de secuestro de sus hijos” por parte de agencias que supuestamente ofrecían protección social.
“Otros se han visto obligados a exiliarse por miedo a la represión y las represalias”.
Patrón de supresión
La Relatora Especial describió un patrón en el que el gobierno de Belarús reprime a la sociedad civil, restringiendo los derechos cívicos y políticos de las mujeres, sobre todo su libertad de reunión, asociación y expresión.
Mientras tanto, unas 800 personas en Bielorrusia han sido encarceladas por motivos políticos y más de 270 organizaciones de la sociedad civil y medios de comunicación independientes han sido o están siendo liquidados.
“La libertad de los medios de comunicación se vio aún más restringida por obstáculos legales, administrativos y prácticos que socavaron el trabajo de periodistas y blogueros independientes”, dijo.
“Académicos y defensores de los derechos humanos se vieron obligados a exiliarse a gran escala mientras los autores de graves violaciones de derechos humanos continúan actuando con valentía sin temor a enfrentar la justicia por su crimen”.
‘Modelo para mujeres y niñas’
La experta independiente describió lo valientes que las mujeres y niñas bielorrusas han defendido pacíficamente sus derechos fundamentales y los describió como “verdaderamente inspiradores”.
Dijo que sirvió de “modelo para las mujeres y niñas de todo el mundo que buscan el respeto de su derecho a una vida mejor, libre de violencia y discriminación”.
Pidió a las autoridades de Bielorrusia que vean el activismo público pacífico no como una amenaza, sino como una oportunidad para mejorar la protección de los derechos de toda la población.
La Sra. Marin y todos los relatores especiales son nombrados por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU con sede en Ginebra para examinar e informar sobre un tema específico de derechos humanos o la situación de un país. Los puestos son honorarios y no se les paga por su trabajo.