Las segundas partes no son fáciles. Rara vez disfrutan del éxito o la aclamación esperados, pero lo que hacen Denis Villeneuve lograr con Duna: Segunda parteRara vez se ha visto en la historia del cine.
Aún sin saber si tendría la oportunidad de completar su visión y garantizar una secuela, en 2021 llegó Duna, la adaptación de la primera parte del libro de Frank Herbert. A pesar de tener una industria sacudida por la pandemia y una estrategia de estreno poco halagadora, la película fue un éxito de taquilla, recaudando más de 400 millones de dólares en todo el mundo. Y, por si fuera poco, la primera entrega obtuvo 10 nominaciones al Oscar.
Ahora, tras años de espera, por fin llega a las pantallas. Duna: Segunda parte, la película que completa la adaptación del primer libro y la continuación directa de la primera película. La nueva entrega nos transporta directamente a Arrakis, inmediatamente después de los acontecimientos de la película anterior, donde Paul Atreides (Timothée Chalamet) y su madre, Lady Jessica (Rebeca Ferguson), logran escapar del ataque de Harkonnen a la Casa Atreides.

Paul y Jessica son acogidos por Stilgar (Javier Bardem), el líder de una de las tribus Fremen, los habitantes locales del lugar, que ven con cierta desgana la llegada de estos dos extraños. Sin embargo, la sospecha de que el joven duque pueda ser Lisan Al-Gaib, el mesías profetizado por los Fremen, da esperanza a algunos, mientras despierta sospechas y desconfianza en otros.
Al mismo tiempo, los Harkonnen continúan enviando tropas a Arrakis para dominarla y apoderarse de las reservas de Spice, sólo para ver sus planes frustrados por los continuos ataques de los Fremen y de un tal Muad’Dib, cuya identidad sigue siendo un misterio, ya que todos cree que los Atreides han sido borrados de la faz del lugar. También se nos revela por primera vez al emperador Shaddam (Christopher Walken) y su hija, la princesa Irulan (Florence Pugh), preocupados por la inacción de su padre respecto a lo que está sucediendo en Arrakis.
En esta oportunidad, Denis Villeneuve No sólo consigue una continuación sólida, llena de acción y con un compromiso visual vibrante que supera con creces a la primera película, sino que capta a la perfección la esencia de lo que Herbert tenía planeado con su saga. Duna.
Paul Atreides no recorre la típica historia de un héroe, sino que se presenta como un personaje complejo, ambiguo y trágico. De hecho, Herbert estaba decepcionado de que los fans vieran al protagonista como un héroe, por lo que decidió escribir El mesías de Dune para reafirmar su tesis sobre el peligro que supone que un individuo ostente tanto poder y sea objeto de gran veneración religiosa.
Paul es producto de generaciones de ingeniería genética llevada a cabo por la orden Bene Gesserit, cuyo trabajo de manipulación que realizan desde las sombras, contribuye a sembrar y difundir leyendas y profecías en torno al elegido, un hombre con el poder suficiente para ver más allá. tiempo y espacio.
Pero todos estos conceptos funcionan en dos niveles. El primero, el guión escrito por Villeneuve y Jon Spaihts, y el segundo, las actuaciones del reparto. Como protagonista, Timothée Chalamet él carga con la película, asumiendo su papel no sólo como el líder profetizado de los Fremen, sino que en cada escena comienza a esbozar los matices de un joven que debe cumplir su destino (aún sabiendo que no es bueno) y ese deseo de vengar la muerte de su padre. Su transformación a lo largo de la película es realmente reveladora y el cambio se puede ver en toda su persona. Por su parte, Rebeca Ferguson Ella ha vuelto como Lady Jessica, ahora la Reverenda Madre de los Fremen, su presencia es esencial y en la mayoría de las escenas se vuelve inquietante.

Al mismo tiempo volvemos a encontrar a Javier Bardem como Stilgar, el líder de los Fremen, que ve en Paul todos y cada uno de los signos que anunciaba la profecía, siendo uno de los ejemplos más claros de lo que significa el fanatismo religioso.
Y luego tenemos zendaya, quien vuelve a interpretar a Chani. A diferencia de la primera película, la joven integrante de los Fremen tiene mucho más tiempo en pantalla, pero su papel se vuelve vital ya que es el alma moral de la historia. A diferencia del libro, el Chani de la película empieza a ver en Paul todos los signos de un líder despótico cuyo poder no servirá para liberar a los Fremen, sino para esclavizarlos. De ahí que se debata entre el amor que siente hacia él y el cuestionamiento de sus acciones y hacia el resto de miembros de su propia tribu, cegados por el fanatismo religioso.

Los villanos tampoco se quedan atrás en la película. Una vez más nos encontramos con el siempre eficaz Stellan Skarsgård como el barón Harkonnen y su sobrino Rabban, jugados con fuerza bruta por David Bautista. Pero quien se lleva todos los aplausos es, sin duda, Feyd-Rautha, interpretado por Austin Butler.
El actor nominado al Oscar por elvis Deja atrás cualquier atisbo de héroe, para dedicarse en cuerpo y alma a interpretar a un monstruoso sociópata que no duda en derramar sangre cada vez que tiene la oportunidad. Su presencia se siente en cada una de sus escenas, dejándonos con ganas de más.
En cuanto al resto de caras nuevas del reparto, Florencia Pugh, Cristóbal Walker y Lea Seydouxsu tiempo en pantalla es mínimo y no aportan mucho a la historia, pero basta con tener más de un rostro conocido para darle sustancia a personajes que probablemente serán olvidados.

Por supuesto, todo este espectáculo no sería posible sin la brillante y majestuosa banda sonora de Hans Zimmer, eso aporta niveles de épica a cada secuencia; la impactante fotografía de Greig Fraser, el diseño de vestuario de Jacqueline West y el diseño de producción de Patrice Vermette, quien en 2022 ganó el primer Oscar por su trabajo en la primera película de Dune.
Duna: Segunda parte Es una película que va ganando ritmo a medida que avanza, y su parte final es igualmente inquietante y deslumbrante, dejando al espectador sin aliento. Es masivo y grandilocuente, pero permite momentos pequeños e íntimos que ayudan al ritmo narrativo de la película. La buena noticia es que no hay dos sin tres, y el director ya ha adelantado que completará su trilogía con una adaptación de El mesías de Dune. La mala noticia es que no volveremos a Arrakis hasta dentro de unos años.