La industria cinematográfica actual funciona de manera muy diferente a como lo hacía hace unas décadas. En el siglo XX había estrellas de Hollywood en las actuaciones y también aquellos directores que con sólo su nombre conseguían hacer de sus obras un sello de éxito garantizado y todos luchaban por tener su nombre bajo el de su compañía. Los tiempos han cambiado y aunque pueda parecer una afirmación poco realista, para los grandes creadores sacar adelante proyectos de gran envergadura es cada vez más difícil.
Hay muchos ejemplos de grandes directores que han tenido que luchar duro para superar la dinámica actual del negocio cinematográfico y poder hacer realidad sus ideas. Con David Fincher, Ridley Scott o incluso el propio Martin Scorsese como ejemplo que han tenido que recurrir a acuerdos con plataformas de streaming para seguir, sólo alguien que persigue una fórmula básica como Nolan no tiene tantos problemas.
Francis Ford Coppola Es considerado uno de los mejores directores de la industria cinematográfica pero incluso el creador de algunas de las películas. El más reconocido en la historia del cine no lo tiene fácil. El director de 85 años está a punto de estrenar una de las apuestas más ambiciosas de toda su carrera. Después de estar una década en producción y haber sido proyectada con éxito hace unas semanas, la esperanza que había nacido un poco en aquel momento parece haberse estancado porque afirman que Megalópolis No puedo encontrar a nadie que lo compre.

Aquél película de Coppola Don’t Have It Easy ilustra cómo los estudios todavía muestran escepticismo hacia ciertos proyectos, especialmente aquellos que no están vinculados a franquicias anteriores. Pese al prestigio del director, su última producción ha tenido dificultades para encontrar distribución.
Según informes de los medios estadounidenses, el cineasta enfrenta serios obstáculos para conseguir un estudio que quiera apoyar la distribución de Megalópolis. La razón es que se considera una película. demasiado experimental, confuso y prácticamente inviable comercialmente.

El película Fue concebido al inicio de la carrera de Francis Ford Coppola y desde entonces la idea no ha dejado de crecer en la mente del director. Para llevarlo a cabo tuvo que invertir 120 millones de dólares de su propio bolsillo procedentes de la venta de sus bodegas para finalmente autofinanciar su idea. Las críticas iniciales de los medios destacan el carácter “arriesgado”, “memorable” y “experimental” del proyecto. Han señalado que la película No busca necesariamente satisfacer las exigencias de taquilla, y es precisamente su independencia lo que la convierte en una epopeya tan poco convencional como fascinante, posicionándola como el proyecto más íntimo de Coppola.
Será un proyecto apasionante para los implicados y para el director, sin embargo, las distribuidoras parecen aterrorizadas y no quieren arriesgarse por una película que necesita ser un éxito de alto calibre para recuperar la gran inversión que representó su producción. . “Simplemente no hay forma de vender esta película”, dicen las fuentes.

De momento, la posibilidad más clara es la participación de la película en un festival como el de Venecia en agosto o, más cerca de la actualidad, el Festival de cine de cannes En Mayo. Esta última anuncia su programación este jueves por lo que habrá que estar atentos por si el nombre del director de El Padrino aparece entre sus opciones. La dura realidad entonces es ésta: sin un plan de distribución definido, Megalópolis No se mostrará en ninguna parte.