El Padrino Sigue resonando hasta el día de hoy. Es una de las historias más emblemáticas del cine del siglo pasado pero aún en nuestros días seguimos hablando de las películas dirigidas por Francis Ford Coppola. Cualquiera habría pensado que participar en ellos es algo que todos los actores querían, sin embargo Jack Nicholson Llegó a afirmar que tal pensamiento es simplemente falso.
El final de los años 60 y principios de los 70 fueron un momento memorable en su carrera para el actor ya que pasó de ser un gran actor de carácter a una gran estrella. Durante ese tiempo, nicholson Se convirtió en el artista más grande e influyente de su generación y ganó el primero de sus tres premios Oscar. Una de las claves de su éxito, además de su innegable talento, fue la integridad artística que caracterizó al actor, lo que le dio una reputación mítica y redefinió la imagen del estrellato cinematográfico.
Eran aquellos principios que regían la vida artística de Jack Nicholson quienes lo pusieron en jaque cuando en 1971 le ofrecieron el papel de Michael Corleone, el más joven de la familia criminal, en El Padrino. Antes de que llegara a sus manos la posibilidad de interpretar al personaje, el intérprete ya conocía la historia porque, como millones de personas en ese momento, había leído la novela de Mario Puzo. Por esa misma razón, nicholson Estaba convencido de que El Padrino Sería un gran éxito comercial y de crítica.

Pese a ello, decidió decirle no a Coppola porque consideraba que tenía otros proyectos a su disposición que eran mucho más interesantes para él a nivel personal. En concreto, se trataba de los guiones de barrio chino y El último detalle.
Por supuesto que tenía sus dudas motivadas principalmente por la motivación de nicholson trabajar junto al reconocido actor y uno de sus ídolos teatrales Marlon Brado a quien también conocía desde hacía dos años. La emoción desapareció después de leer las líneas de la película, descubrió que Michael y Vito Corleone prácticamente no tienen escenas juntos a lo largo de la película.

Este fue un granito de arena que sumó a sus opciones de tomar otro camino. El punto clave y la razón principal para rechazar el papel terminó siendo que nicholson Toda su carrera se identificó como irlandesa, por lo que sintió que ponerse en la piel de un italoamericano no era la decisión correcta y que era la elección equivocada para interpretar a Michael Corleone.
El papel finalmente recayó en Al Pacino, hijo de padres italoamericanos sicilianos, que realizó una de las mejores interpretaciones de la historia del cine. Hoy en día es imposible imaginar al personaje en la piel de cualquier otro actor y es muy difícil pensar que alguien pudiera haberle hecho justicia como lo hizo el neoyorquino, pero ahora nos quedaremos preguntándonos cómo habría sido. El Padrino con Jack Nicholson con el traje de un Corleone.
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