Afganistán ya se encontraba entre las peores situaciones humanitarias del mundo antes de que los talibanes asumieran el poder en agosto, lo que ha profundizado las necesidades y vulnerabilidades existentes.
Un llamamiento urgente de 606 millones de dólares lanzado en septiembre para ayudar a más de 10 millones de afganos vulnerables está financiado en menos del 40%.
‘En tiempo prestado’
Los trabajadores humanitarios advirtieron que las promesas y compromisos de los donantes “deben convertirse en realidad urgentemente” antes de que sea demasiado tarde.
“Afganistán tiene tiempo prestado” dijo Mary-Ellen McGroarty, Representante del Programa Mundial de Alimentos (PMA) en el país. “Nunca antes había visto una crisis que se desarrollara a este ritmo y escala”.
Afganistán ha sufrido décadas de conflicto y desplazamiento, así como pobreza crónica, sequía severa y ahora la pandemia de COVID-19.
Casi la mitad de la población, más de 18 millones de personas, necesita asistencia para sobrevivir, mientras que el conflicto y la inseguridad han desplazado a más de 3,5 millones, con casi 700.000 desarraigados solo este año.
El sistema de salud del país está fallando y la economía está al borde del colapso. Los derechos de las mujeres, las niñas y las minorías también están gravemente amenazados.
“Estamos presenciando una nueva profundidad de miseria a medida que la sequía y la crisis económica hacen subir los precios de los alimentos y el combustible ”, dijo la Sra. McGroarty, y enfatizó que las familias necesitan apoyo desesperadamente a medida que se acerca el clima más frío.
Sin escatimar esfuerzos
Las agencias de la ONU y las organizaciones asociadas están respondiendo a la crisis a pesar de los déficits financieros, los desafíos logísticos y lo que describieron como “una situación geopolítica cada vez más compleja”.
El Dr. Ramiz Alakbarov, el principal funcionario humanitario de la ONU en Afganistán, dijo que la gente del país “no debe pagar el precio de los fracasos colectivos” y merece vivir en paz y dignidad.
“No escatimaremos esfuerzos para responder a las necesidades de todas las mujeres, hombres y niños en Afganistán”, él dijo. “Continuaremos defendiendo los derechos de las mujeres y las niñas, y de los grupos minoritarios, así como los derechos de todos al empleo, la alimentación, la atención médica, la educación y la seguridad”.
El mes pasado, los trabajadores humanitarios proporcionaron asistencia alimentaria a más de 3,8 millones de afganos y trataron a unos 21.000 niños menores de cinco años, así como a 10.000 mujeres, por desnutrición aguda.
Además, 32.000 personas recibieron mantas, ropa de abrigo y otros artículos no alimentarios, y 450.000 recibieron atención primaria y secundaria. También se brindó apoyo en áreas como educación, agricultura y salud mental.
La crisis podría profundizarse
Pero dijeron que la gran cantidad de apoyo mostrado en septiembre debe ir seguida de acción, o la situación humanitaria continuará deteriorándose.
Hicieron un llamamiento a las autoridades de facto, los Estados miembros de la ONU, los donantes y otras partes interesadas para que se movilicen de inmediato para evitar una nueva catástrofe humanitaria.
Marin Din Kajdomcaj, representante adjunto en Afganistán de la agencia de la ONU para los refugiados, ACNUR, subrayó la urgencia y dijo que millones lucharán por sobrevivir el próximo invierno.
“La falta de acción inmediata conducirá inevitablemente a una crisis humanitaria más profunda y a un mayor desplazamiento que tendrá implicaciones no solo regionales, sino mundiales”. añadió.
Compromiso de entrega
Las agencias y socios de la ONU instaron a los países a permitir el “movimiento rápido y sin restricciones” de ayuda humanitaria, así como de su personal, dentro y fuera de Afganistán.
También se necesitan exenciones financieras humanitarias para que la financiación pueda llegar a las organizaciones de ayuda sobre el terreno.
Además subrayaron su compromiso de cumplirayuda incondicional basada en la necesidad, de acuerdo con los principios de humanidad, neutralidad, imparcialidad e independencia.