Incluso los ciudadanos que viven en países que disfrutan de algunos de los niveles más altos de buenos resultados en salud, riqueza y educación están reportando una ansiedad aún mayor que hace una década.
Preocupado por el futuro
“A pesar de que la riqueza mundial es más alta que nunca, la mayoría de las personas se sienten aprensivas sobre el futuro y es probable que estos sentimientos se hayan visto exacerbados por la pandemia”, dijo Achim Steiner, Administrador del PNUD.
“En nuestra búsqueda de un crecimiento económico desenfrenado, seguimos destruyendo nuestro mundo natural mientras aumentan las desigualdades, tanto dentro como entre países. Es hora de reconocer los signos de las sociedades que están bajo una inmensa tensión y redefinir lo que realmente significa el progreso”.
El informe, Nuevas amenazas a la seguridad humana en el Antropocenopide una mayor solidaridad a través de las fronteras para abordar la desconexión entre el desarrollo y la seguridad percibida.
Sostenibilidad para todos
El PNUD también aboga por un nuevo enfoque del desarrollo que espera ayude a las personas a vivir libres de miseria, miedo, ansiedad e indignidad.
“Necesitamos un modelo de desarrollo adecuado para el propósito que se base en la protección y restauración de nuestro planeta con nuevas oportunidades sostenibles para todos”, dijo el Sr. Steiner.
El PNUD introdujo por primera vez el concepto de seguridad humana en su histórico Informe sobre Desarrollo Humano, publicado en 1994.
El estudio marcó un alejamiento radical de la idea de que la seguridad de las personas debe evaluarse considerando solo la seguridad territorial y, en cambio, debe tener en cuenta sus necesidades básicas, dignidad y seguridad, para vivir vidas seguras.
Hora de actuar ahora
El PNUD cree que el imperativo de actuar ahora nunca ha sido más claro. Por segundo año consecutivo, la pandemia ha reducido la esperanza de vida global al nacer, así como otras medidas del desarrollo humano en general.
También es probable que el cambio climático se convierta en una de las principales causas de muerte en todo el mundo, advierten los autores, y podría ser responsable de 40 millones de muertes antes de finales de siglo, incluso con una mitigación moderada de las emisiones.
El informe examina además otras amenazas que se han vuelto más prominentes en los últimos años, incluidas las de las tecnologías digitales, las crecientes desigualdades, los conflictos y la capacidad de los sistemas de salud para enfrentar nuevos desafíos como la pandemia.
Protección, empoderamiento, solidaridad
Los autores argumentan que abordar estas amenazas requerirá que los formuladores de políticas consideren la protección, el empoderamiento y la solidaridad entre sí para que la seguridad humana, las consideraciones planetarias y el desarrollo humano trabajen juntos y no a pesar de los demás.
Asako Okai, subsecretaria general de la ONU y directora de la Oficina de Crisis del PNUD, dijo que el informe destaca la necesidad de construir un mayor sentido de solidaridad global basado en la idea de seguridad común.
“La seguridad común reconoce que una comunidad solo puede estar segura si las comunidades adyacentes también lo están”, Ella explicó. “Esto es algo que vemos muy claramente con la pandemia actual: las naciones son en gran medida impotentes para evitar que nuevas mutaciones de este coronavirus crucen fronteras”.
El informe señala además la fuerte asociación entre la disminución de los niveles de confianza y los sentimientos de inseguridad. Las personas con niveles más altos de inseguridad humana percibida tienen tres veces menos probabilidades de encontrar a los demás dignos de confianza.
Entre los otros hallazgos está la ampliación de las brechas en los sistemas de salud entre países. El informe incluye un nuevo índice que revela que entre 1995 y 2017 se agudizó la desigualdad en el desempeño de la salud entre países con bajo y muy alto desarrollo humano.