KABUL: Un funcionario afgano dijo el martes que Estados Unidos entregará su principal base aérea de Bagram al ejército de Afganistán en unos 20 días, mientras Washington avanza con la retirada de sus tropas del país.
La vasta base, construida por los soviéticos en la década de 1980, es la instalación militar más grande utilizada por las fuerzas estadounidenses y de la OTAN en Afganistán, con decenas de miles de tropas estacionadas allí durante el pico de participación militar de Estados Unidos en el país asolado por la violencia.
“Puedo confirmar que entregaremos la Base Aérea de Bagram”, dijo un funcionario de defensa de Estados Unidos. AFP sin especificar cuándo se llevaría a cabo la transferencia.
Un funcionario de seguridad afgano dijo que se esperaba la entrega en unos 20 días y que el Ministerio de Defensa había establecido comités especiales para administrarla.
En Washington, el Pentágono indicó que el ritmo de la retirada se estaba acelerando. Hasta el lunes, el Comando Central de Estados Unidos estimó que había completado entre el 30 y el 44 por ciento del llamado proceso “retrógrado”.
Ha enviado el equivalente a 300 aviones de transporte C-17 cargados fuera del país.
En abril, el presidente Joe Biden fijó el objetivo de septiembre de retirar del país a las 2.500 tropas estadounidenses ya unos 16.000 contratistas civiles, con el objetivo de poner fin a la presencia de dos décadas de las fuerzas armadas estadounidenses.
Entrega de bases
La base de Bagram fue el centro de operaciones aéreas y de comando a nivel nacional durante las últimas dos décadas.
También alberga una prisión que mantuvo a miles de presos talibanes y militantes a lo largo de los años.
Washington ya había entregado seis bases militares a las fuerzas afganas antes del 1 de mayo, cuando comenzó a acelerar la retirada final de las tropas.
El mes pasado completó la retirada del aeródromo de Kandahar en el sur de Afganistán, que alguna vez fue la segunda base militar extranjera más grande del país.
La retirada estadounidense se produce a pesar de los sangrientos enfrentamientos en todo el país entre los talibanes y las fuerzas afganas.
Las conversaciones de paz se iniciaron en septiembre en Qatar, pero hasta ahora no han logrado ningún acuerdo para poner fin a una guerra que ha matado a decenas de miles de personas durante casi dos décadas.
El martes, un grupo de negociadores del gobierno afgano se dirigió a Doha con la esperanza de reanudar las conversaciones estancadas.
“Nuestro equipo está listo para negociaciones serias. No hay una solución militar a este conflicto”, dijo a la AFP Najia Anwari, portavoz del Ministerio de Paz, y agregó que no se ha fijado una fecha para reanudar las conversaciones.
Fawzia Koofi, una de las cuatro mujeres negociadoras del equipo de gobierno, dijo en Twitter que esperaba una “negociación significativa y basada en resultados esta vez para poner fin al derramamiento de sangre y el sufrimiento de mi pueblo”.
“Necesitamos ver más voluntad y sinceridad en las conversaciones, ya que los pocos meses que tenemos por delante son cruciales para Afganistán y la región”.
El mes pasado, las dos partes acordaron acelerar las conversaciones, y los talibanes dijeron que el diálogo comenzaría después del festival de Eid al-Fitr que terminó el 16 de mayo.