vie. May 3rd, 2024


Ciudadanos rusos que protestan por restricciones de internet más estrictas. Foto: AFP/ archivo

PARÍS: Las potencias occidentales se apoderaron de los yates de los oligarcas rusos y expulsaron a los bancos rusos del sistema internacional en respuesta a la invasión de Ucrania, pero las sanciones que limitan el acceso a Internet están resultando muy divisivas.

Ucrania ha pedido en voz alta un boicot generalizado y Kiev incluso ha presionado para que Rusia sea aislada de la red mundial.

Las sanciones internacionales han hecho que empresas, incluidas las grandes firmas tecnológicas, detengan sus operaciones en Rusia, y las prohibiciones de la UE a los medios de comunicación estatales rusos han llevado al Kremlin a prohibir plataformas como Facebook e Instagram.

Los críticos dicen que todo esto bien podría marginar a los opositores del Kremlin, impulsar el dominio de los medios estatales e incluso llevar a Rusia a tratar de desarrollar una versión local sellada de Internet.

“Simplemente está cortando los pocos lazos que quedan con el libre flujo de información e ideas”, dice Peter Micek de Access Now, una ONG que hace campaña por los derechos digitales.

La represión del Kremlin contra los periodistas ya ha reducido drásticamente las fuentes independientes de información, lo que ha obligado a muchos medios de comunicación a cerrar o reducir sus operaciones.

La mayoría de las redes sociales internacionales ahora están disponibles solo a través de redes privadas virtuales (VPN), y las cifras de descargas de VPN sugieren que muchos rusos están siguiendo este camino.

Pero con el acceso a la web restringido desde adentro y desde afuera, muchos expertos ahora piden a Occidente que adopte un enfoque diferente.

‘Corazones y mentes’

“Las sanciones deben ser enfocadas y precisas”, escribieron unos 40 investigadores, activistas y políticos en una carta abierta la semana pasada.

“Deberían minimizar la posibilidad de consecuencias no deseadas o daños colaterales. Las sanciones desproporcionadas o demasiado amplias corren el riesgo de alienar fundamentalmente a las poblaciones”.

La carta pedía que se atacaran los medios militares y de propaganda.

Otros expertos señalan que castigar a Rusia cerrando Internet es complicado desde el punto de vista técnico y político.

Ucrania llamó al regulador global ICANN para que hiciera precisamente esto el 28 de febrero, pero la solicitud fue rechazada.

“Si tratas de evitar que el tráfico ingrese por la ventana, en su lugar, simplemente ingresa por el sótano”, explica Ronan David de Efficient IP, una firma especializada en asegurar redes informáticas.

Para Micek, es simplemente “contraproducente para el esfuerzo de ganar corazones y mentes y difundir mensajes democráticos”.

“Porque la única contranarrativa, la única otra narrativa proviene del Kremlin”, dice.

Natalia Krapiva, abogada de Access Now, destaca que las personas expuestas a esas narrativas bien pueden concluir que “Rusia está tratando de ayudar a los ucranianos y se está protegiendo”.

En este contexto, las sanciones occidentales pueden parecer “totalmente injustas”, dice.

Miedos a ‘splinternet’

El gran temor es que la guerra y el congelamiento cada vez mayor de las relaciones entre Rusia y Occidente lleven al Kremlin a desarrollar su propia internet.

China ya ha construido un vasto sistema de control en torno a su Internet, denominado “Gran Cortafuegos”, que en efecto lo aísla del resto del mundo.

Los acontecimientos recientes en Rusia han llevado a algunos comentaristas a especular que el mundo se enfrenta a la creación de una “splinternet”, anatema para quienes hacen campaña por la igualdad de acceso en todo el mundo.

“Los rusos son bastante capaces de construir una internet nacional”, dice Pierre Bonis de Afnic, la asociación que administra el dominio .fr.

Pero dice que sería una pálida imitación de Internet global.

“No debemos romper la universalidad de Internet, incluso si los rusos hacen cosas inaceptables”, dice.

Pero China no es el único país que ha invertido mucho para construir una Internet cerrada.

Micek señala que Irán ha pasado una década construyendo su propia versión controlada y censurada de la web.

“Creemos que las sanciones de EE. UU. están alentando a Irán a construir este Internet nacional funcional al privar a las empresas iraníes de Google, Amazon y otras plataformas y recursos básicos”, dice.

Y puede ver un proceso similar en juego con Rusia.

“La gente en Rusia y Bielorrusia tiene tan poco acceso a la información que privarlos de los servicios de Internet los enviará aún más al puño de Putin”, dice.



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