mié. May 15th, 2024



En su nuevo informe global publicado el jueves, titulado Reimaginar nuestro futuro juntos: un nuevo contrato social para la educación, la agencia propone respuestas a estas tres preguntas esenciales.

Más de un millón de personas participaron en el proceso de consulta global que informó el informe, que pide una transformación importante para reparar las injusticias del pasado y mejorar la capacidad de actuar juntos por un futuro más sostenible y justo.

Con dos años de preparación, la UNESCO quiere que la publicación inicie un debate y un movimiento global, para forjar un nuevo contrato entre padres, niños y educadores de todo el mundo.

Punto de retorno

Según la agencia, el mundo se encuentra en un punto de inflexión y las disparidades globales significan que la educación aún no está cumpliendo su promesa de ayudar a dar forma a un futuro pacífico, justo y sostenible.

Los altos niveles de vida coexisten con enormes desigualdades y, aunque la plaza pública está en gran parte activa, “el tejido de la sociedad civil y la democracia se está desgastando en muchos lugares del mundo”.

Para la UNESCO, los rápidos cambios tecnológicos también están transformando vidas, pero estas innovaciones “no están adecuadamente dirigidas a la equidad, la inclusión y la participación democrática”.

“Por eso debemos reinventar la educación”, argumenta el informe.

Reinvención ‘urgente’

Durante el siglo XX, la educación pública tuvo como objetivo fundamental el apoyo a la ciudadanía nacional y los esfuerzos de desarrollo mediante la escolarización obligatoria de niños y jóvenes.

Hoy, sin embargo, mientras el mundo se enfrenta a graves riesgos para el futuro, la UNESCO cree “Debemos reinventar urgentemente la educación para ayudar a abordar estos desafíos comunes”.

En ese contexto, la agencia está pidiendo un nuevo contrato social que debe unir al mundo “en torno a los esfuerzos colectivos y proporcionar el conocimiento y la innovación necesarios para dar forma a un futuro sostenible y pacífico para todos, anclado en la justicia social, económica y ambiental”.

También debe “defender el papel desempeñado por los profesores”, dice el informe.

Principios fundamentales

Para la UNESCO, este nuevo contrato social debe basarse en los principios generales que sustentan los derechos humanos, como la inclusión y la equidad, la cooperación y la solidaridad.

También debe regirse por dos principios fundamentales: garantizar el derecho a una educación de calidad durante toda la vida y fortalecer la educación como un bien público común, dice la agencia.

La creciente desigualdad social y económica, el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, el retroceso democrático y la automatización tecnológica disruptiva, son algunos de los desafíos destacados.

“Las formas en que actualmente organizamos la educación en todo el mundo no son suficientes para garantizar sociedades justas y pacíficas, un planeta saludable y un progreso compartido que beneficie a todos. De hecho, algunas de nuestras dificultades provienen de cómo educamos ”, dice el informe.

Nuevas ideas

La publicación incluye algunas propuestas para renovar el sector.

Para comenzar, la pedagogía, la práctica de la enseñanza, debe pasar de un enfoque en las lecciones impulsadas por los maestros y centradas en los logros individuales, para enfatizar en cambio la cooperación, la colaboración y la solidaridad, argumenta la UNESCO.

Los planes de estudio, que a menudo se han organizado como una cuadrícula de asignaturas, deben enfatizar el aprendizaje ecológico, intercultural e interdisciplinario.

La enseñanza debe “pasar de ser considerada una práctica individual a profesionalizarse aún más como un esfuerzo colaborativo”.

La publicación llama a las escuelas “instituciones globales necesarias que deben ser salvaguardadas”, pero argumenta que el mundo “debería pasar de la imposición de modelos universales y reimaginar las escuelas, incluyendo arquitecturas, espacios, tiempos, horarios y agrupaciones de estudiantes de diversas maneras”.

La agencia concluye diciendo que el informe “es más una invitación a pensar e imaginar que un plano”, y las preguntas deben responderse en comunidades, países, escuelas, programas y sistemas educativos de todo el mundo.



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