“El terremoto que azotó el suroeste de Haití en agosto afectó principalmente a las poblaciones rurales y, obviamente, los agricultores se vieron muy afectados.
Muchos perdieron sus casas, así como sus depósitos de granos y semillas, que se derrumbaron con el temblor; la tierra de algunos agricultores también resultó dañada por deslizamientos de tierra. En algunos casos, se podían ver fisuras a medida que se abría el suelo.
La FAO ha apoyado a los agricultores de Jérémie mucho antes del terremoto, pero nuestro trabajo aquí es ahora tan importante como siempre. La agricultura siempre ha sido extremadamente importante en el tejido de la sociedad haitiana.
El puente
El puente fuera de la ciudad resultó dañado, por lo que los camiones ya no pueden pasar, por lo que se ha vuelto muy difícil para los agricultores vender sus productos en grandes mercados como la capital, Puerto Príncipe. Sus granos y verduras tienen que ser transportados literalmente por el puente a pie si quieren exportarlos.
Luego está la situación de seguridad en Puerto Príncipe, donde las carreteras de entrada y salida están bloqueadas, por lo que incluso si los camiones pueden salir de Jérémie, es posible que las mercancías no lleguen a la ciudad.
Por lo tanto, se ha desperdiciado mucha comida ya que es imposible venderla a los consumidores en otras partes del país. Como resultado, muchos agricultores han perdido dinero y ahora son más vulnerables que antes. Y cualquier producto que llegue a Jérémie desde otro lugar es más caro, por lo que el costo de vida está aumentando para todas las personas.
En Jérémie, estamos fomentando la producción local de alimentos para el consumo local, así como el cultivo de semillas.
Cooperativa de mujeres
Apoyamos a una cooperativa agrícola de mujeres, un grupo de 63 mujeres que trabajan la tierra juntas para cosechar una variedad de vegetales orgánicos. Es inicio de temporada y hoy están plantando tomates y pimientos picantes que crecerán junto a las coles.
Comparten la cosecha, comen lo que necesitan y luego venden el resto en el pueblo donde pueden conseguir buenos precios. Puede ver a las mujeres cruzar el puente con los productos apilados en cestas sobre la cabeza. No necesitan gastar dinero en transporte. Y todo el dinero que ahorren se puede invertir en la cooperativa de ahorro y crédito que la FAO les ayudó a establecer.
ONU Haití / Daniel Dickinson
El miembro de la asociación agrícola, Pierre Ybert, trabaja junto con otros miembros plantando semillas de frijol negro.
Semillas orgánicas
La FAO también ha capacitado a una asociación de 120 agricultores en Jérémie para cultivar semillas orgánicas de buena calidad para su propio uso y también para distribuirlas a otros agricultores vulnerables, muchos de los cuales perdieron sus existencias en el terremoto.
Producir semillas es un proceso muy técnico, por lo que estos agricultores se han convertido en especialistas. Esta temporada están sembrando frijoles negros, pero también son expertos en el cultivo de maíz, mandioca y papa. La FAO comprará la mayoría de las semillas, por lo que el arduo trabajo de una comunidad agrícola beneficiará a otras, y especialmente a las comunidades vulnerables.
Este enfoque está construyendo resiliencia y ayuda a los agricultores a recuperarse cuando ocurre un desastre natural como un terremoto. Esta área también ha tenido su parte de huracanes y sequías, por lo que es importante que los agricultores estén bien preparados.
Me encanta trabajar con agricultores; siempre están comprometidos con su tierra. Trabajan duro y siguen luchando a pesar de muchos contratiempos. Creen en el futuro de Haití y me enorgullece apoyarlos mientras continúan desarrollándose.