El jefe de la ONU, Antonio Guterres, condenó enérgicamente el asalto del martes por parte de las milicias Coopérative pour le dévelopement du Congo (CODECO), una asociación de grupos lendus, contra el sitio de Savo, ubicado en el territorio de Djugu.
Al menos 58 personas murieron y 36 resultaron heridas.
Continúan las patrullas robustas
Las fuerzas de mantenimiento de la paz que prestan servicios en la misión de la ONU en el país, MONUSCO, continúan realizando fuertes patrullajes en la zona.
También han reforzado su Base de Operaciones Temporal allí con tropas de Bunia, la capital de la provincia, que se centrarán en brindar seguridad alrededor del sitio de Savo.
El miércoles, MONUSCO movilizó dos helicópteros para facilitar la evacuación médica de 19 civiles heridos a Bunia, mientras trabajadores humanitarios proporcionaban suministros médicos.
Ataques ‘reprensibles’
El secretario general expresó su más sentido pésame a las víctimas del ataque y deseó una pronta recuperación de los heridos, dijo en un comunicado el portavoz adjunto de la ONU, Farhan Haq.
“Hace un llamado a las autoridades congoleñas para que investiguen estos incidentes y lleven a los responsables ante la justicia, señalando la naturaleza reprobable de estos ataques en un sitio donde los civiles que ya habían sido desplazados por el conflicto habían buscado protección y asistencia humanitaria”, dice el comunicado.
MONUSCO se ha mantenido en comunicación con el gobernador militar de la provincia de Ituri para discutir los arreglos de seguridad y una mayor presencia de las fuerzas de seguridad nacional.
La Misión también se comprometió con el Administrador Territorial y las principales partes interesadas locales y provinciales, incluidos los líderes de las comunidades hema y lendu, para instarles a intervenir para reducir las tensiones y evitar un aumento de la violencia comunitaria en el territorio de Djugu.
Aumentar la ayuda humanitaria
Por separado, la agencia de refugiados de la ONU, ACNUR y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) emitieron una declaración conjunta el jueves condenando el ataque.
Sus equipos en Ituri se están coordinando con otros trabajadores humanitarios para ampliar la respuesta de emergencia.
El sitio de Savo es administrado por ACNUR y su socio CARITAS, y acogió a más de 20.000 personas desplazadas, incluidos más de 13.000 niños. Muchos de los residentes han huido a la localidad de Bule, a unos tres kilómetros de distancia.
Aproximadamente 230.000 personas viven en más de 60 sitios de desplazamiento en la provincia de Ituri que son administrados por ACNUR y la OIM.