La alerta de la Sra. Bachelet se produjo en un nuevo informe de su oficina del ACNUDH, que detalla las violaciones generalizadas cometidas por los militares contra el pueblo del país, algunas de las cuales pueden constituir crímenes de lesa humanidad o crímenes de guerra.
Crisis que se intensifica hacia una guerra civil
Con la espiral de violencia que ha sacudido a Myanmar desde febrero mostrando signos de escalada “hacia una guerra civil generalizada”, el jefe de derechos de la ONU pidió más acciones por parte de la comunidad internacional.
Hablando en el Consejo de Derechos Humanos en Ginebra, señaló que ahora los enfrentamientos “ocurren regularmente” entre combatientes civiles y fuerzas gubernamentales en muchas áreas del país, “donde el conflicto no se ha visto en generaciones”.
Al presentar el nuevo informe sobre Myanmar al Consejo, la Sra. Bachelet explicó que detallaba muchas violaciones graves de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario.
Economía en caída libre
El país también enfrenta una “economía en caída libre” y el impacto devastador de la pandemia de COVID-19; “Una catástrofe de derechos humanos que no muestra signos de ceder”, destacó.
Informes recientes del Programa Mundial de Alimentos (PMA) advierten que millones se enfrentan a una creciente inseguridad alimentaria, en medio de la pobreza, los disturbios políticos y la crisis económica.
Violaciónes de derechos humanos
Al mencionar que las autoridades militares han perpetrado la gran mayoría de los derechos humanos documentados desde el golpe del 1 de febrero, el informe destaca que ha habido un “uso intensivo de fuerza letal y detenciones masivas”.
Documenta violaciones de los derechos a la vida, la libertad y la seguridad de la persona; la prohibición de la tortura; el derecho a un juicio justo; así como los derechos a la libertad de expresión y reunión pacífica.
El informe, que abarca el período comprendido entre febrero y mediados de julio, se basó en entrevistas con más de 70 víctimas y testigos de violaciones de derechos humanos, así como en monitoreo remoto, fuentes abiertas creíbles y reuniones con una variedad de partes interesadas informadas.
Desde el golpe, más de 1.120 personas han muerto. Las autoridades militares también han arrestado a más de 8.000 personas y, según los informes, al menos 120 han muerto bajo custodia.
Intensificación de la actividad militar
La Sra. Bachelet agregó que “no hay señales de ningún esfuerzo por parte de las autoridades militares para detener estas violaciones ni implementar recomendaciones anteriores para abordar la impunidad y la reforma del sector de la seguridad”, subrayando la urgente necesidad de medidas firmes de rendición de cuentas.
También hay informes de un aumento de los combates entre el ejército y los grupos armados étnicos desde el golpe, desplazando a miles, particularmente en los estados de Kayin, Shan y Kachin, donde el ejército ha llevado a cabo ataques aéreos indiscriminados y bombardeos de artillería, matando a civiles, agrega el informe.
“Las consecuencias nacionales son terribles y trágicas, y las consecuencias regionales también podrían ser profundas”, destacó Bachelet.
Al pedir a la comunidad internacional que redoble sus esfuerzos para restaurar la democracia en Myanmar, la Sra. Bachelet dijo que era esencial evitar que el conflicto civil se intensificara aún más.