KABUL: Daesh se atribuyó la responsabilidad de un ataque a un templo sij en Afganistán que mató a un miembro de la comunidad y a un combatiente talibán, diciendo que fue una represalia por los insultos contra el profeta Mahoma (PBUH).
Las protestas en varios países musulmanes fueron provocadas por los comentarios blasfemos del partido nacionalista hindú del primer ministro indio Narendra Modi a principios de este mes.
En un mensaje publicado en su sitio de propaganda Amaq, el grupo militante dijo que el ataque del sábado tuvo como objetivo a hindúes y sijs y a los “apóstatas” que los protegían en “un acto de apoyo al Mensajero de Alá”.
Daesh dijo que uno de sus combatientes “entró en un templo para politeístas hindúes y sijs en Kabul, después de matar a su guardia, y abrió fuego contra los paganos que estaban dentro con su ametralladora y granadas de mano”.
Dos murieron y al menos otros siete resultaron heridos en el ataque.
El portavoz del Ministerio del Interior, Abdul Nafi Takor, dijo que los atacantes arrojaron al menos una granada cuando entraron al templo, provocando un incendio.
El ataque sigue a una visita de una delegación india a Kabul para discutir la distribución de ayuda humanitaria de India a Afganistán.
Los informes de los medios afganos e indios dijeron que la delegación discutió con los funcionarios talibanes la posibilidad de reabrir la embajada india, que cerró después de que el grupo tomó el poder en agosto del año pasado.
La cantidad de bombardeos en Afganistán ha disminuido desde que los talibanes regresaron al poder, pero varios ataques, muchos dirigidos a comunidades minoritarias, han sacudido el país en los últimos meses, incluidos varios reivindicados por Daesh.
El número de sijs que viven en Afganistán se ha reducido a unos 200, en comparación con el medio millón de la década de 1970.
La mayoría de los que quedan son comerciantes involucrados en la venta de hierbas medicinales y productos electrónicos traídos de la India.
En los últimos meses, muchos sijs empobrecidos, incluidas mujeres y niños, se refugiaron en el complejo que fue atacado el sábado.
La comunidad se ha enfrentado a repetidos ataques a lo largo de los años. Al menos 25 personas murieron en marzo de 2020 cuando hombres armados asaltaron otro templo sij en Kabul en un ataque que también fue reivindicado por Daesh.