Durante el viaje, el Sr. Grandi se reunió con el primer ministro de Sudán, Abdalla Hamdok, y con el presidente de Sudán del Sur, Salva Kiir, donde discutieron cómo los dos países pueden trabajar juntos para ayudar a sus poblaciones desplazadas.
“Regresar a casa es una solución, pero no la única”, Dijo el Alto Comisionado. Si alguien opta por permanecer desplazado, la iniciativa debe garantizar que “puedan hacerlo con dignidad y sentido de pertenencia”.
Una oportunidad unica
Después de que los gobiernos de Sudán y Sudán del Sur firmaron el Acuerdo de Paz Revitalizado en 2018, cerca de 300.000 refugiados de Sudán del Sur regresaron espontáneamente, y más de un millón más de desplazados dentro del país también regresaron a sus hogares.
En junio, el Representante Especial del Secretario General, Nicholas Haysom, quien también encabeza la Misión de la ONU en Sudán del Sur, conocida como UNMISS, advirtió que La inseguridad generalizada, en particular la violencia entre comunidades, sigue obstruyendo la realización de una paz duradera y sostenible. y casi tres años después, muchos de los requisitos del Acuerdo Revitalizado no se han cumplido.
Al concluir su visita, el Sr. Grandi instó a que se continúe apoyando la iniciativa, que tiene como objetivo encontrar soluciones duraderas para los refugiados, los desplazados internos (PDI), los repatriados y las comunidades de acogida a través de la reforma, la transformación política, la seguridad, el desarrollo y la reconciliación nacional.
“Esta iniciativa es una oportunidad única para colocar a los respectivos gobiernos y a las personas desplazadas en el centro de la planificación para el futuro y, por lo tanto, requerirá esfuerzos concertados para garantizar su estabilidad y seguridad sostenidas”.
Un ejemplo de ello
El ACNUR describió cuántos repatriados de Sudán del Sur regresan y encuentran sus hogares destruidos, con poca o ninguna infraestructura o servicios sociales.
Regina Ochala es uno de esos casos. Después de huir de su hogar en Wau, en el noroeste de Sudán del Sur, durante más de dos décadas, la mujer de 42 años pasó la mayor parte de su vida adulta en un campo de refugiados en Sudán.
Se mudó a Jartum antes de regresar recientemente a casa, donde planeaba pedir ayuda a su hermano. Pero cuando llegó a Juba, descubrió que él había muerto y ella estaba varada.
Ahora lucha por hacer frente a la vida en casa, ya que toda su familia murió en el conflicto.
‘Hay que encontrar soluciones’
Según el ACNUR, muchos como la Sra. Ochala necesitan apoyo para reiniciar sus vidas en áreas seguras.
El Sr. Grandi enfatizó que el ACNUR continuará trabajando con los Gobiernos de Sudán y Sudán del Sur, ya que cuenta con el apoyo de la comunidad internacional de donantes para ayudar a los desplazados, así como a los repatriados, a vivir con seguridad y dignidad.
“Hay que encontrar soluciones como parte del proceso de paz“, Él concluyó.