1) EE. UU. Y China se recuperan, pero una recuperación lenta para los países en desarrollo
Si bien se espera que la producción económica en los Estados Unidos y China crezca vigorosamente y eleve el crecimiento global, no se espera que muchas economías en desarrollo vuelvan a los niveles de producción prepandémicos en el corto plazo. La pandemia está lejos de terminar para la mayoría de los países en desarrollo donde la vacunación avanza lentamente y las presiones fiscales se han intensificado.
2) La situación de los más vulnerables se ha vuelto aún más precaria
Los cierres y las medidas de distanciamiento social dieron como resultado grandes pérdidas de puestos de trabajo en los sectores de servicios intensivos en contacto y mano de obra, que emplean predominantemente a mujeres. La pandemia también ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad del empleo informal, que es la principal fuente de empleo en muchos países y que ofrece menos seguridad laboral, protección social y acceso a la atención médica.
3) La recuperación del comercio mundial es sólida, especialmente en Asia
El comercio de mercancías ya ha superado los niveles previos a la pandemia, impulsado por la fuerte demanda de equipos eléctricos y electrónicos, equipos de protección personal (EPI) y otros productos manufacturados. El comercio de servicios sigue estando limitado por las restricciones a los viajes internacionales. Si bien las exportaciones de las economías asiáticas se han disparado, las exportaciones de África, Asia occidental y la Comunidad de Estados Independientes se han estancado.
4) La crisis del COVID-19 ha infligido más daño a mujeres y niñas
Esta crisis afectó de manera desproporcionada a las mujeres, que sufrieron importantes pérdidas de empleo e ingresos, lo que contribuyó al agravamiento de las brechas de pobreza de género. Abrumadas por el aumento de las tareas de cuidado en el hogar, muchas niñas y mujeres abandonaron las escuelas y la fuerza laboral por completo. El regreso a la escuela y al trabajo puede llevar más tiempo o puede que no suceda en absoluto para muchos de ellos, lo que amplía aún más las brechas de género en educación, ingresos y riqueza.
5) Los países deben hacer más para abordar el impacto desigual de la crisis de COVID-19
Existe una necesidad urgente de que los países formulen políticas mejor focalizadas y sensibles al género para impulsar una recuperación más resiliente e inclusiva de la crisis. Aunque en la primera línea de la pandemia, las mujeres han estado subrepresentadas en la toma de decisiones relacionadas con la pandemia y en las respuestas de política económica. El impacto severo y desproporcionado de la pandemia en las mujeres y las niñas exige políticas y medidas de apoyo más específicas para las mujeres y las niñas, no solo para acelerar la recuperación sino también para garantizar que la recuperación sea inclusiva y resiliente.