vie. May 9th, 2025



Si bien el crecimiento económico experimentó un fuerte repunte en 2021, se espera que disminuya notablemente del 5,5 % el año pasado al 4,1 % en 2022 y al 3,2 % en 2023.

Interrupción y desaceleración

Dada la rápida propagación de la variante Omicron, la pandemia de COVID-19 seguirá afectando la actividad económica a corto plazo, según el Perspectivas económicas mundiales reporte.

Además, la notable desaceleración en las principales economías, incluidos Estados Unidos y China, tendrá un impacto en la demanda externa de sus contrapartes emergentes y en desarrollo.

“La economía mundial se enfrenta simultáneamente al COVID-19, la inflación y la incertidumbre política, con el gasto público y las políticas monetarias en territorio desconocido. La creciente desigualdad y los desafíos de seguridad son particularmente dañinos para los países en desarrollo”, dijo David Malpass, presidente del Grupo del Banco Mundial.

“Poner a más países en un camino de crecimiento favorable requiere una acción internacional concertada y un conjunto integral de respuestas políticas nacionales”.

La desaceleración coincidirá con una divergencia cada vez mayor en las tasas de crecimiento entre las economías avanzadas y las emergentes o en desarrollo.

Retroceso en economías frágiles

Para 2023, todas las economías avanzadas habrán logrado una recuperación total de la producción, según el informe, pero la producción en las economías emergentes y en desarrollo se mantendrá un cuatro por ciento por debajo de su tendencia previa a la pandemia.

El retroceso es aún mayor en las economías frágiles y afectadas por conflictos, cuya producción será un 7,5 % inferior a la tendencia previa a la pandemia. Para los pequeños estados insulares, será un 8,5 por ciento por debajo.

Mientras tanto, el aumento de la inflación está restringiendo la política monetaria, y los trabajadores de bajos ingresos se ven particularmente afectados. La inflación está registrando las tasas más altas desde 2008, tanto a nivel mundial como en las economías avanzadas, y ha alcanzado su tasa más alta en una década en las economías de mercados emergentes y en desarrollo.

Priorizar la equidad de las vacunas

El informe contiene secciones analíticas que describen tres obstáculos emergentes para una recuperación duradera en las economías en desarrollo. También incluye perspectivas regionales de crecimiento para los próximos dos años.

Mari Pangestu, directora general de Políticas y Asociaciones para el Desarrollo del Banco Mundial, destacó la importancia de la colaboración multilateral, ya que las elecciones que hagan los políticos en los próximos años decidirán el curso de la próxima década.

“La prioridad inmediata debe ser garantizar que las vacunas se implementen de manera más amplia y equitativa para que la pandemia pueda controlarse. Pero abordar los retrocesos en el progreso del desarrollo, como el aumento de la desigualdad, requerirá un apoyo sostenido”. ella dijo.

“En una época de gran deuda, la cooperación global será esencial para ayudar a expandir los recursos financieros de las economías en desarrollo para que puedan lograr un desarrollo verde, resiliente e inclusivo”.



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