La agencia de la ONU para los refugiados, ACNUR, informó el jueves que seis refugiados de la cercana Malí se encontraban entre las 137 personas que fueron asesinadas el 21 de marzo por asaltantes en motocicletas.
‘Conmoción y duelo’
La mayoría de las víctimas ya habían huido de la violencia en 2020, dijo el ACNUR, y agregó que 1.400 sobrevivientes de las aldeas afectadas están ahora en movimiento y muchos están “conmocionados y de luto”.
Al destacar la vulnerabilidad de los civiles en la región y la urgencia de su situación, Gillian Triggs, Alta Comisionada Auxiliar para la Protección del ACNUR, alentó los esfuerzos para abordar la creciente inseguridad, y señaló que estaba claro que los ataques contra las personas desplazadas y las comunidades que las acogen “ fueron dirigidos y deliberados ”.
Además de la injustificable violencia ejercida contra la población civil, también se incendiaron refugios y graneros y se robaron o mataron ganado. “A los sobrevivientes no les queda nada”, dijo Triggs.
Níger, Burkina Faso y Mali en el Sahel están en el centro de una de las crisis de desplazamiento y protección de más rápido crecimiento en el mundo. La región alberga ahora a casi tres millones de refugiados y personas desplazadas dentro de su propio país.
Ayuda y asesoramiento
Dijo que ACNUR y sus socios continuarán recopilando información, y que los equipos y socios de la ONU están monitoreando la situación y brindando ayuda humanitaria y asesoramiento a los sobrevivientes.
“Reiteramos nuestro llamado a una mayor protección de los civiles y las comunidades desplazadas”, agregó el Alto Comisionado Auxiliar. “También pedimos a la comunidad internacional que aproveche el sentido de urgencia y continúe apoyando los esfuerzos regionales para abordar las causas fundamentales de esta crisis y ayudarnos a responder a las necesidades humanitarias derivadas del desplazamiento forzado”.